domingo, 16 de octubre de 2011

Fabien et Babette


Fabien et Babette es un cómic francés hipotético de género dramático y crítica social que cuenta la historia de un muchacho desolado por la muerte de su amada y su relación con su perrita.

Fabien es un joven modernete parisino que vive una bonita vida con su novia moderneta parisina, llamada Catherine. Pero Catherine muere en un accidente de tráfico y Fabien entra en una profunda depresión. No consigue superar la pérdida de su amada, con la que vivía desde hacía años y con la que se iba a casar. Intenta suicidarse y finalmente acaba yendo a terapia. El psicólogo le dice que lo peor que puede hacer en ese caso es quedarse solo, así que le dice que se compre una mascota, para que le haga compañía y que le ayude a salir del paso. Así es como Babette llega a la vida de Fabien.

Poco a poco, Fabien va superando la pérdida de Catherine. Conoce a otra chica, llamada Mathilde, con la que empieza una relación. Pero Mathilde no le satisface, y mientras su relación sólo empeora, encuentra la felicidad de su perrita, Babette. Babette es la única que realmente entiende a Fabien, y con la única con la que Fabien se siente bien. Fabien adora a Babette, y Babette adora a Fabien. Se entienden perfectamente. Están hechos el uno para el otro. Fabien se enamora de Babette y Babette de Fabien. Así es como demuestran que el amor no entiende de sexos, edades, creencias... ni especies.

Fabien y Babette viven entonces felices. Salen a pasear, ven películas, escuchan música, van a la playa y hacen fotos para su flickr. Se quieren. Realmente se quieren. Gracias a Babette, la relación con Mathilde es más llevadera. Fabien quiere acabar con esa relación, pero no tiene valor. Sabe que la sociedad jamás entendería el amor que siente por su perra, aunque la perra también le ame a él.

Un día, Fabien y Babette son descubiertos en la cama por Mathilde. Mathilde se pone como loca y Babette intenta defender a Fabien. Babette la muerde, Fabien las separa, y Mathilde se larga de allí indignada, asqueada y sangrando. Avisa a las autoridades y acaban condenando a Fabien a dos años de prisión por "abusos reiterados" de la perrita y a Babette la sacrifican por haber mordido a Mathilde, asegurando que tiene la rabia.

Así es como una vez más la sociedad aplasta al individuo e impone lo que, ciegamente, cree que es bueno y acaba con lo que piensa que es malo. Así como fue reprimido el amor interracial u homosexual hace años, el amor entre Fabien y Babette es brutalmente asesinado. Así es como ciertamente, por muy progresista que se crea la sociedad, sigue estancada en ideas medievales. ¿Algún día aceptará el mundo ese tipo de amor? No es zoofilia. No es una simple atracción mundana y morbosa por un perro. Es amor. Amor como el amor entre un hombre y una mujer, como el amor entre un hombre y un hombre, una mujer y una mujer, un negro, una china, un judío, una musulmana, un cristiano o una bruja vudú. Es amor y ya está, no son un humano y una perra, son Fabien y Babette. Y ya está. 

Es amor. No tiene otra explicación.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Las Solemnes Aventuras de Búho y Vapor


No hay mucho más que explicar. Juzguen ustedes mismos.

lunes, 19 de septiembre de 2011

To Reich Mein Heart


To Reich Mein Heart es una novela hipotética de género dramático/histórico y crítica social que narra un romance surgido entre el joven Obersturmführer de la Schutzstaffel (Teniente de las SS), Karl Fiedler y un pobre pianista de jazz negro llamado Hermann Braun, durante la Segunda Guerra Mundial.

El título hace un juego de palabras con reich y reach, alcanzar en inglés, dando lugar a la traducción libre de  Alcanzar mi corazón. Es una parodia de Amante Oscuro, de J. R. Ward, libro de vampiros y esas cosas que leía una amiga mía, y cuyo título pegaba perfectamente para esta historia.

Puse M. Dacosta porque así queda más cool.


Resumen:

Todo comienza una noche lluviosa de 1940 en un pequeño club de Múnich. El Teniente Fiedler se encuentra allí por motivos militares estratégicos, obviamente. Esa noche, decide salir con sus muchachos a divertirse un poco, así que acaban en un pequeño bar llamado Die Jazzy Jazz Nachtclub, donde se toman unas copas y hablan sobre las maravillas del III Reich y de los milagros de Hitler.

Se hace tarde y el barr cierra, así vuelven a la base, pero justo antes de entrar en el taxi, Karl se da cuenta de que se dejó el sombrero en el bar, así que deja a los muchachos que se vayan sin él -porque llueve y todo el mundo sabe que cuando llueve, hay prisa- y se mete en el bar. Allí ve a un hombre negro tocando el piano muy bien. Tocan juntos una pieza y así es como conoce a Hermann, que es tan sólo un bedel que sueña con convertirse en pianista.

El joven teniente comienza a ir más a menudo al club, y gracias a su influencia, mueve un par de hilos y consigue que el pobre bedel alcance su objetivo; ser pianista. Así es como se hacen buenos amigos -siempre con una gran tensión sexual de por medio-, y una buena noche de invierno, Hermann invita a Karl a su apartamento y culminan su amor.

Al principio no lo aceptan, se sienten extraños, pero poco a poco se dan cuenta de que no pueden vivir el uno sin el otro, y que se aman con locura. Entonces comienza La Solución Final y Auschwitz tiene un sitio con el nombre de Hermann escrito. Deben huir.

Así comienza la hermosa y triste historia de dos hombres que a pesar de sus enormes diferencias, consiguen hallar el amor, pero han de huir debido al terrible régimen fascista que vive Alemania. Un nazi y un negro, los polos opuestos, unidos por un amor que no entiende de razas, sexos o ideologías políticas, en una eterna lucha que no pueden vencer.

Pero el amor lo vence todo, y, finalmente, tras mucho esconderse, huir y fingir, el Teniente Karl Fiedler da su vida para que su amado Hermann Braun pueda escapar y salvarse.


Extracto del Capítulo I:

   Allí estaba aquel maldito nazi, ese asqueroso y pretencioso teniente con su uniforme de cuero negro, con sus medallas y esa asquerosa araña, símbolo de su fatuo poder, en el hombro. La lluvia torrencial de fuera le había empapado el traje de payaso, y ahora venía a por su gorra, que en su irónica embriaguez había dejado olvidada en la mesa. Yo, por mi parte, no le hice caso, y seguí tocando una de las viejas canciones que solía tocar mi viejo padre, cuando todavía vivíamos en Berlín. El nazi cogió su gorra y se quedó mirándome tocar, allí plantado, como un idiota.
   -Hey, toca usted realmente bien -dijo el joven teniente.
   -Gracias, señor -dije yo, todo lo lacónico y distante que pude ser.
   -¿Qué canción es esa? Tiene #swag.
   No respondí al momento. Hablar de mi viejo padre no me gustaba, me recordaba a los buenos tiempos, y eso me recordaba inevitablemente a los malos tiempos. Aquellos eran tiempos peores, y aún peores se pondrían.
   -Es una vieja canción que solía tocar mi padre. No sé como se llama.
   El nazi no dijo nada, y se quedó viéndome tocar. Aquello era realmente incómodo.
   -No le he visto tocar durante la velada, esto... -comenzó a decir torpemente.
   -Eso es porque no toco durante la velada señor. Sólo soy un simple bedel.
   -Pues en estos momentos desearía ser un simple bedel para tocar el piano con tal maestría, mi buen amigo.
   No dije nada. Él tampoco. En ese momento debería haberse calado la gorra y haber desaparecido para siempre... pero el destino tenía un hermoso regalo para mí.
   El nazi se acercó al piano y pulsó una tecla. Fue la nota perdida que no conseguía sacar, aquel toque de gracia con el que mi viejo padre solía adornar la melodía. Por supuesto, no dejé ver mi... alegría, pero sí una cierta sorpresa agradable. El teniente habría visto eso y le habría dado confianza a continuar, pues siguió tocando sobre la melodía otra melodía, una sucesión dulce y sutil, como la canela sobre las natillas, aquellas deliciosas natillas que hacía mi viejo padre.
   -Veo que usted también sabe tocar, teniente.
   -Sólo un poco, como hobby.
   Tocó una rápida sucesión en crescendo y suspendió una nota como una sábana blanca de un tendal en una tarde de verano. La lluvia caía a nuestro son.
   -Por cierto, me llamo Karl. Karl Fiedler -comentó, sin dejar de tocar.
   -Hermann Braun, señor, un placer.
   -El placer es mío, por poder compartir este buen rato con usted y su piano, Hermann.
   No dije nada, pero tampoco hacía falta decirlo. En ese momento, sentí que el mundo se paraba, que su lustroso uniforme negro y mi ajado mono de trabajo no existían, que su piel blanca y mi piel negra no importaban. Él era Karl, y yo era Hermann, dos completos desconocidos en una noche lluviosa de abril.
   En ese momento no lo sabía, pero estábamos a punto de empezar algo grande, algo precioso y eterno, algo que ningún Reich sin sentido podría arrebatarnos.
   No estábamos tocando el piano a cuatro manos, sino a dos corazones.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Die Adventures of Friedrich und Heinrich Monster Hunter College Professors

Die Adventures of Friedrich und Heinrich Monster Hunter College Professors (las Aventuras de Friedrich y Heinrich, Profesores de Universidad Cazadores de Monstruos) es una serie de televisión hipotética de género ciencia ficción/drama que relata las aventuras de dos profesores de universidad que por una cruel broma del destino, acaban teniendo que cazar monstruos para el Gobierno -en secreto, obviamente-.

La serie se ambienta en un futuro ucrónico donde Hitler ha ganado la Segunda Guerra Mundial y ahora domina el mundo. Sin embargo, esto no se muestra en la serie ni tampoco tiene relevancia. Por todas partes hay fotos de Hitler, banderas y esvásticas, la gente se saluda con heil Hitler y no hay judíos, ni negros (al menos no declarados). Pero esto no importa en absoluto, la trama es lo importante.

Friedrich es profesor de Mecánica Cuántica, mientras que Heinrich es profesor de Filosofía, ambos en la Universidad de Berlín.
Friedrich (derecha), con sus conocimientos de tecnología, etc., inventa las armas y diferentes dispositivos que usan durante sus cacerías, mientras que Heinrich (izquierda) se dedica a pensar en si usar las armas, o no, y si las usan, en cómo, por qué y para qué. Uno es impulsivo y rebelde mientras que el otro es más reflexivo y responsable. Se complementan entre sí.
Cuando van a cazar monstruos, siempre les dan la oportunidad de redimirse, y siempre enseñan una lección, pues son profesores y la serie está dirigida a un público infantil-juvenil. Suelen enseñar valores como la tolerancia, el respeto, el lebensraum, la amistad, etc.

Tienen un mono ayudante llamado Señor Bigotes III que se encarga de pilotar la nave, que tiene forma de cabeza gigante de Sofia Coppola, que dispara rayos sónicos por los ojos y pastelitos rosas por la nariz.
En principio, iban a comprar una nave normal, pero por un error en el envío, acabaron con la nave Sofia Coppola. Venía con una colección de toda la filmografía de Sofia Coppola, la cual, por sus propiedades fisico-cuánticas espacio-temporales, usan como combustible.

Ahora pondré el análisis de uno de los capítulos (concretamente el segundo de la tercera temporada)


S03E02 - Ein delicious mystery

La historia comienza con Jorge Luis Borges, que es como el cerebrito que les manda información, etc., que les dice a los profesores que la Sede de Juventudes Hitlerianas de Mare Tranquilitatis, provincia de Marte, está siendo atracada por un extraño ente venido del futuro.
Friedrich y Heinrich tienen que largarse por patas del XVII Congreso de Eugenesia, en Berlín, y subirse a toda prisa a la nave Sofia Coppola e ir hasta Marte.

Entonces, sin motivo aparente, uno de los motores -situado en la oreja derecha- de la nave, se estropea. Friedrich dice "Mierda, se ha estropeado un motor", a lo que Heinrich dice "O no". A raíz de esto, se tiran 45 minutos filosofando sobre la realidad y la percepción de esta. ¿Existe la nave realmente? ¿Es sólo una idea? Y de ser una idea, ¿estaría estropeada de verdad? ¿Cómo podemos saber realmente si está estropeada? ¿Y si la realidad no se corresponde con lo que percibimos o creemos percibir de ella?

Increíblemente, descubren que la avería fue producida por el monstruo que atracaba Juventudes Hitlerianas. Friedrich está a punto de matarle, pero, como siempre, le dan una segunda oportunidad. Se tiran otros 45 minutos filosofando sobre el punto de vista, las motivaciones personales, la empatía y las repercusiones de las acciones, y demás.
Tras esto, el monstruo acaba por comprenderles, y ellos acaban por comprender al monstruo. El monstro llama a su aseguradora y en fin, que en un periquete está todo solucionado, y como se le quedó mal cuerpo, el monstruo invita a Friedrich y a Heinrich a cenar el sábado en su casa. Allí conocen a la mujer del monstruo, que hace un pastel de arándanos riquísimo y a Friedrich le vuelve loco, pero a Heinrich le parece que está un poco seco -esto, obviamente lo comentó después de que se hubieran ido. Habría sido una falta de respeto-.

Se lo pasan muy bien y se alegran de que hubiese pasado una cosa tan tonta para que puedan estar allí, así que al monstruo se le ocurre una idea. Viaja al pasado y rompe un motor de la nave Sofia Coppola. Así es como, sin saberlo, ellos mismos fueron los que en cierto modo "se presentaron".